Monitoreo del Clima: ¿Para qué sirve?

Las medidas meteorológicas tienen múltiples usos que las hacen de suma importancia para monitorear áreas de diferentes tamaños y gestionar situaciones extremas, como inundaciones, nevadas excepcionales, vientos fuertes o radiación solar dañina.

Las estaciones meteorológicas profesionales se utilizan para monitorear los parámetros que son la base de los complejos algoritmos de los modelos de pronóstico. Series de tiempo prolongadas de datos meteorológicos confiables y de calidad hacen una valiosa contribución a la investigación del cambio climático tanto a nivel local como a la mesoescala.

¿De qué está compuesta una estación meteorológica?

Una estación meteorológica típicamente está compuesta por una serie de sensores para la medición de varios parámetros: radiación solar, dirección y velocidad del viento, temperatura y humedad del aire, precipitación, presión atmosférica y otros.

Todos los datos se almacenan en un registrador de datos (data logger), que tiene la tarea de archivarlos, procesar las primeras cantidades calculadas y gestionar la comunicación de los datos a un software basado en la web o a un servidor tradicional.

La estación meteorológica se instala en una o más estructuras físicas como postes y torres, dependiendo del lugar de instalación. Existen algunas prescripciones claras de la O.M.M. (Organización Meteorológica Mundial) sobre la instalación adecuada de las estaciones meteorológicas, para obtener datos de calidad que sean representativos de la zona climática.

El funcionamiento continuo de todos los equipos está garantizado por el suministro de energía, ya sea desde la red eléctrica o mediante paneles solares. En este último caso, el tamaño del panel se calcula en función del número de sensores, la tasa de adquisición y transmisión de datos y la disponibilidad de radiación solar (latitud, cobertura frecuente o prolongada de nubes).

La estación se completa con el sistema de transmisión de datos, ya sea por módem, radio o, más raramente, por cable